por GARDENIA SANTILLAN
El sociabilizar y comunicarse es una necesidad del ser humano y sobre la amistad se dicen y se escriben muchas cosas, esto ha sido inspiración de innumerable escritores, poetas y hasta publicistas, en nuestra vida cotidiana satisfacemos esto en gran medida con el uso de las redes sociales, al compartir un estado, publicar imágenes, participar en grupos y hasta hacer saber el lugar o ubicación donde nos encontramos.
Con la aparición de las redes sociales se nos hizo creer que podíamos cubrir esta necesidad y se nos presento de manera práctica el valorarnos de acuerdo a la cantidad de "likes" que tenemos en una red social, es decir, todos buscamos nuestros 5 minutos de fama, y esto no esta del todo mal, el problema real surge cuando toda nuestra autoestima o apreciación personal dependen de la opinión y critica de los demás.
Las redes sociales abren fronteras, favorecen el contacto entre los individuos ya sea que se conozcan anteriormente o a través de la red, es importante tener en cuenta que el hecho de tener 1000 "amigos" o contactos en una red social, no significa que tienes vínculos afectivos con cada uno de ellos, simplemente representa el número de integrantes de una comunidad virtual con el cual compartimos intereses, momentos o quizá simplemente gente en común.
Todos los días nos enfrentamos a diversas situaciones en las que requerimos el apoyo de otras personas, en la red social se utiliza amigo para hablar de personas registradas bajo un perfil con las que nunca hemos tomado un café, con las que nunca hemos compartido nada, ni presencia física, ni penas, ni alegrías.
¿Recuerdan la canción que cantaba Roberto Carlos anunciando que quería tener un millón de amigos?
¿Recuerdan la canción que cantaba Roberto Carlos anunciando que quería tener un millón de amigos?
Las redes sociales intentan que rescatemos del olvido, a cuanta persona conocimos en el pasado.
Cada uno decide la forma de comunicarse y de interactuar, pero, para muchos, el juntarse a tomar unos tragos acompañados de increíbles confidencias; que toquen tu puerta el día de tu cumpleaños de sorpresa, en vez de una publicación en tu muro; que te regalen su presencia en el nacimiento de un hijo; y no una imagen por whats, son los pequeños detalles que confirman que no hace falta tener “un millón de amigos” para disfrutar la vida, que sólo se necesitan algunos, pero incondicionales y de estar en las buenas y en las malas.
¿Cuantos "amigos" tienes en tu red social y cuantos de ellos son reales?
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