El 13 de enero ocurrió un nuevo vertido de crudo en el límite de los municipios de Las Choapas y Agua Dulce, Veracruz, pero fue hasta el miércoles siguiente que se supo de este incidente por medios locales, ya que Petróleos Mexicanos mantenía completo hermetismo sobre el caso.
La información publicada señala que el derrame ocurrió cuando una tubería de PVC se fracturó durante trabajos de exploración de nuevos pozos. Hasta el momento se desconoce la cantidad de crudo vertido y la extensión de la zona dañada.
Greenpeace lamenta el hermetismo de PEMEX, pues si no existe información inmediata que permita la implementación de planes de emergencia se pone en riesgo a la población y al ecosistema.
Beatriz Olivera coordinadora de la campaña Clima y energía dijo que “el marco regulatorio en el tema de derrames es muy pobre, lo que deja grandes márgenes discrecionales a PEMEX para informar a las autoridades y a la comunidad cuando ocurren este tipo de accidentes”.
Añadió que actuar “en lo oscurito” es una práctica recurrente para la paraestatal, lo que plantea severas dudas sobre su capacidad para atender contingencias en tierra y sobre todo en aguas profundas, donde pretende explorar en búsqueda de más petróleo.
Por ello, Greenpeace hace un llamado a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente así como a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales para que den seguimiento a este caso y se sancione a los responsables.
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